En diciembre de 2001, cuando escribí la presentación para La Cocina de Alfamén, comenzaba refiriéndome a ese desconocido pueblo de España -Alfamén- donde mi padre comenzó a ejercer la medicina. Desde entonces, he aprendido a moverme en los inagotables caminos de la Internet y por eso debo comenzar estas líneas hablándoles de Alfamén, pueblo perteneciente a la comarca Campo de Cariñena, en Aragón, con una superficie de 102 Km2 y una población estimada en 1.319 habitantes para 1.996. Celebran las fiestas de carnaval en Febrero y las fiestas patronales dedicadas a San Roque el 14 y 15 de Agosto. Alfamén se encuentra a 48 km de Zaragoza donde mi padre residió por un tiempo y mi madre tenía su hermana más querida, tía Maruja, casada con un hombre más bueno que el pan dulce recién horneado, mi tío Amalio. Durante mi permanencia en España, pasé las navidades en Zaragoza con mis nombrados tíos y mis dos primas Luisa y Rosario. Mi tía Maruja el resto del año, cuidaba de mí a distancia y me enviaba a Madrid productos de la finca que mis tíos tenían cerca de Zaragoza, entre los cuales recuerdo especialmente unos fresones de antología, rabiosamente rojos, enormemente grandes, jugosos y dulces: una delicia.
Este recuerdo familiar me lleva al motivo por el cual escribo esta nota introductoria para este libro. “Antología” es una palabra derivada del griego que significa “escoger” y significa, según el DRAE, una “colección de piezas escogidas de literatura, música, etc……….” En ese largo etcétera incluyo las recetas de cocina. Decir que este libro es una “antología” no significa que las recetas contenidas en este libro sean de antología, esto es, dignas de ser destacadas , extraordinarias (como los fresones de mi tía Maruja). Se trata de recetas más o menos sencillas que forman parte del pan de cada día de nuestra familia y de otras familias vinculadas a la nuestra por lazos de afecto y amistad.
La cocina de Alfamén. Antología, es un libro familiar de cocina y un libro de cocina familiar. Se ha nutrido de distintas fuentes: el fichero de mi madre a quien sus nietos llamaban “mama”, el libro de recetas de Lucrecia, mi prima, el fichero más moderno de Evelyn, esposa de José Luis, mi hijo mayor, las recetas que me han hecho llegar familiares y amigos, personalmente o por correo electrónico y last but not least, mis abultadas carpetas, libretas, cuadernos y hojas sueltas en los que he venido coleccionando, recortando y anotando recetas provenientes de diferentes medios impresos, que he puesto en práctica luego de modificar, rectificar, alterar, adaptar, cambiar, en suma, reinventar para convertirlas en platos de la cocina cotidiana o festiva de nuestro hogar “Alfamén”.
En estos tiempos en que la cocina ha alcanzado elevadas cotas de sofisticación, tanto en la elaboración de platos como en los ingredientes, hay que tener una buena dosis de atrevimiento para proponer una antología de recetas. Creo que el empuje me lo ha dado el deseo de dejar a los nietos de Luis Y Rosario que son los hijos y sobrinos de Olga, un recetario que sea lo que felizmente llamó Sumito Estévez, “la memoria histórica de los cocineros” de esta familia y sus amigos.
La cocina de todos los días es uno de los quehaceres más importantes en el hogar. Con la anuencia de Leonardo Boff, un teólogo de la liberación que he leído mucho, tomo dos ideas muy felices sobre el particular. La primera, es que la comida es algo más que un elemento necesario para mantenernos con vida. “Cada comida permite al hombre hacer la experiencia gratificante de que su ser está ligado a otros seres”. Y no es que se trate sólo de comer para matar el hambre o de comer sólo con la boca. Comemos con los ojos, con el olfato y también con el corazón. Alimentamos el cuerpo y también el espíritu, el hogar y la familia por eso “la comida resulta siendo un sacramento total: estrecha los lazos. Hace de muchas vidas una sola vida: la vida familiar”. ( Boff, L, Los sacramentos de la vida) .
En la vida familiar de los Urdaneta Vázquez, el viejo tronco de Alfamén, como le llamó un día mi madre, del cual surgieron las ramas de los López Urdaneta y los Urdaneta Romero, la comida ha sido una parte muy importante de la vida como elemento de cohesión, de celebración, de reunión y de unión familiar; y es que pocos rituales tienen la capacidad de generar tanta satisfacción, alegría, renovación y comunicación como el preparar y compartir la comida en familia. Por eso, la intención de esta Antología es la de ser el inicio de la recopilación de recetas de cada familia. Yo no he puesto punto final a este libro: Ustedes siguen…
Buen provecho!
Olga Urdaneta de López
Maracaibo, Noviembre de 2006