Ingredientes

  • 1 taza de agua tibia
  • 2 cucharadas de levadura
  • 1 taza de leche batida + 2 cucharadas de leche en polvo
  • 5 cucharadas de azúcar
  • 1 cucharada de sal
  • 6 cucharadas copetonas de manteca vegetal derretida
  • 6 tazas de harina
  • Harina para la superficie de trabajo

Preparación

  • Mezclar agua y levadura. Dejar crecer
  • En un bol, mezclar el resto de los ingredientes, menos la harina
  • Unir las dos mezclas
  • Añadir la harina, poco a poco, mezclando con cuchara de palo, hasta que sea difícil continuar
  • Volcar la masa en superficie enharinada y terminar de añadir la harina, amasando hasta obtener una masa suave y elástica
  • Poner a crecer la masa por una hora o hasta que esté lista la masa
  • Cuando haya crecido, se hacen los pancitos y se ponen en bandeja enmantecada. Se espera a que crezcan. Deben ponerse separados porque crecen bastante
  • Hornear a 250° por 30 minutos o hasta que doren
  • Salen unos 20 pancitos algo más pequeños que un pan francés

La primera vez que hice pan, utilicé esta receta para hacer  la merienda que necesitaríamos para la larga espera con motivo de la misa que oficiaría Juan Pablo II en la oportunidad de su primera venida  a Venezuela y única a Maracaibo.

A pesar de mi alergia a las multitudes, nos fuimos los 6 con nuestra merienda y unas sillitas portátiles a cuestas. Como nos fuimos muy temprano, tuvimos  una magnífica ubicación. Mejor que estar en la Plaza de San Pedro, pero a lo maracucho, es decir: los terrenos de Grano de Oro, la tierra, el sol y el calor de Maracaibo.

Juan Pablo enamoró a la multitud allí reunida con su personalidad carismática. Mis hijos vieron su primer Papa y yo el segundo. Y los pancitos, rellenos de queso y jamón, cumplieron su cometido de saciar el hambre durante la larga espera.

En recuerdo de esa hermosa experiencia vivida en familia, estos pancitos se llaman Pancitos del Papa